Que fechas más controvertidas estas navideñas, momentos en los que se nos disparan las emociones y nos inunda una sensación de no se sabe bien qué. Puede ser por la marea de publicidad haciendo alegoría de la felicidad, por la cantidad de gente aparentemente feliz o tal vez realmente se respira en el aire un aroma sutil que no se puede identificar o definir pero que sorprendentemente cala en el interior de cada uno de nosotros. De cualquier forma siempre me ha parecido un periodo de lo mas peculiar, creo yo que por los paisajes bucólicos que se intentan crear o tal vez por ser el único momento del año en el que parece que se para el tiempo a nuestro alrededor invitándonos a hacer balance de todo lo vivido durante el año.
Una época en las que volver a ser un niño y lo mas increíble, fechas en las que realmente parece que tomamos conciencia de que quizá y digo quizá para no levantar suspicacias, pareciera ser real que las personas podemos encontrar un poco de paz y felicidad haciendo felices a otros, muchas veces me pregunto porque nos es tan difícil mantener este sentimiento el resto del año pues igual algo de verdadero tiene.
Con esto no quiero decir que tenga pensamientos arcaicos aunque igual si tengo algún sentimiento, puesto que algo que siempre me he preguntado, es el porque de empeñarnos en pasar estas fechas que comenzamos en Nochebuena haciéndolo en muchos casos con personas llamadas familia con las que no compartes nada mas que la sangre, en lugar de romper los estereotipos y pasarlas con la familia que tenemos el resto del año. Si, igual esta idea suena un poco revolucionaria pero sinceramente que sentido tiene sentarse a una mesa de amor con personas casi desconocidas cuando quien te ha acompañado hasta ese momento y te va a acompañar mañana son otras personas elegidas por ti o puestas por el destino, que realmente son los que te demuestran día a día que les importas, están a tu lado y te quieren.
Me hace gracia escuchar a la gente decir que no les gustan estas fechas por ser fechas hipócritas y que sea esta misma gente la que no intenta cambiar las reglas de las mismas. A ver digo yo que de malo tendría acabar el año con ese amigo o ese compañero de GYM o trabajo que durante todo el año ha estado ayudándote a hacer un poco mas feliz tu existencia prestando un poco de su tiempo y energía hasta para escucharte, joder si, para escucharte. Pero cuando llega Nochevieja la sangre manda u ordena y hay que dejar a todo el mundo a un lado porque así lo manda la sociedad, total al día siguiente os llamareis para decir que es el ultimo año que caes en la trampa.
De verdad es sano cruzar el umbral hacia un Año Nuevo, año lleno de ilusiones cenando con personas con las que realmente no puedes ser tu, personas de las que te has tenido que separar mas por asfixia y salud mental que por capricho y con las que tienes que evitar todo el tiempo entrar en conflicto esperando que simplemente pase, empezando el Año Nuevo en el bucle repetitivo de como lo acabaste los anteriores. No obstante creo realmente que estas fechas solo se empiezan a valorar en el momento en el que realmente te falta alguien irrepetible en la mesa y por estar seguro que muchos me entenderán no voy a extenderme en este punto solo decir que no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, por si se hace tarde.
Por suerte después de la tormenta viene la calma y siempre podemos vengarnos la Noche de Reyes, ahí es donde juzgamos a unos y otros dando «valor» al lugar que ocupan en nuestros corazones, igual es la razón de que al día siguiente se llenen los centros comerciales haciendo cambios de lo recibido y con lo que estamos inconformes. ¿O quizá sea la puesta de manifiesto de la falta de interés del prójimo hacia nuestros gustos o anhelos con lo que realmente no nos conformamos?
La magia existe, se magia que aun estas a tiempo.
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