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Hace tiempo conocí a una persona peculiar con un brillo especial que en un primer momento pensé que tendría la valentía de pelear y hasta el coraje de mantener, pero como tantas otras veces me equivoque en mi pronostico. No todo el mundo es capaz de hacer lo mas difícil que hacemos muchas personas y la mas grande y única batalla que realmente tenemos que pelear, enfrentarnos a nosotros mismos.
Un pequeño enfermo del alma que era capaz de sobrevivir en un pozo de mentiras simplemente por no ser capaz de ser sincero consigo mismo, creyendo que la vida tiene que ser solo sufrimiento y por ende intentando hacer desgraciados a los demás sin darse si quiera la oportunidad de mirar el mundo con un ápice de esperanza o alegría, puesto que el darse permiso a hacerlo vendría de la mano de aceptar sus errores y hacer estallar los cimientos que de manera errónea había ido creando en su mente.
Los mas gracioso fue cuando en uno de nuestros últimos encuentros, bastante tiempo después de haber casi perdido el contacto me reconoció ser consciente de haber perdido el brillo que le caracterizaba, por no decir parte de su personalidad. y me pregunto, si se podía recuperar esa esencia, si alguna vez volvería a brillar o si existía manera de volver a hacerlo como el mismo sabia que en algún momento tuvo.
Benditas fotografías en estos tiempos modernos, que dejan un testimonio real de lo que pasa por la vida de cada uno de nosotros y que constatan que no solo es la edad lo que se refleja en las mismas, también las sonrisas o el brillo de las miradas que son chivatas reales del estado interior al que nos enfrentamos, antiguamente decían que eran capaces de captar el alma y hoy en día yo no estoy del todo seguro de que no fuera cierta dicha afirmación.
Como alguien enamorado y en la situación menos común, siendo correspondido, es posible que no se de cuenta de que tiene lo que algunos están buscando toda su vida y es capaz de perderlo todo por el mero hecho del miedo a aceptar sus sentimientos. ¿Tan solas estamos las personas que no tenemos a nadie lo suficientemente generoso a nuestro lado que nos de un toque de atención y nos abra los ojos mostrándonos lo que no somos capaces de ver por nosotros mismos?.
Tanto es así, que en algunos momentos somos capaces de construir paredes de mentiras con ladrillos de excusas para encerrarnos dentro una cárcel emocional, que es posible que sea mas cómoda en algunos momentos, pero que nos obligue a sentir un vacío que en el mejor de los casos solo dure un tiempo, pero que corramos el riesgo de sentirlo el resto de nuestra vida por ser incapaces de tomar conciencia de este hecho, obligándonos a autolesionarnos.
Las malas decisiones nos pueden arruinar la vida pero el miedo nos puede arruinar a nosotros mismos.
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