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Hay un comportamiento peculiar que me llama la atención en estos tiempos que vivimos, seguramente cuando era pequeño también era así, pero, o bien yo no era consciente o no era tan evidente para mi su existencia. Todo el mundo esta esperando todo el tiempo algo mejor, un mejor móvil, un mejor coche, una mejor casa, una mejor vida …..
Pero a veces me pregunto que pasa con las personas, que ocurre cuando estas continuamente buscando mejores amigos, compañeros o mejores parejas, como afecta eso a las relaciones que tienes, realmente es sano vivir así. Con esa ansiedad que provoca pensar que igual estas perdiendo oportunidades, negándote la capacidad de darte una oportunidad a pensar que ya tengas lo mejor par ti.
Es complejo este pensamiento porque como valoramos o medidos lo que es “mejor”, quizá por el momento en el que estemos, por las circunstancias, la verdad es que no sabría decirlo. ¿Nos convierte en conformistas el sentirnos cómodos y a gusto con otra persona sin necesidad de buscar mas aun siendo conscientes de que podamos encontrar alguien diferente o “mejor”?. ¿Cual es el momento para dejar de buscar?, que tiene que ocurrir para que sepas que puedes relajarte un poco y que al menos en ese ámbito no es necesario que sigas buscando, y, ¿por cuanto tiempo?
Como estas respuestas son complejas y por si puede servir de ayuda diría que yo me dejo guiar por lo que siento en cada momento, como soy respetuoso intento hacer participe a los demás de mis sentimientos aunque no siempre sean entendidos, por ello a veces incluso dudan de que yo mismo por hacerme esas preguntas no crea que puedo tener algo mejor, solo por el mero hecho de valorar y disfrutar de lo que ya tengo.
De lo que si estoy seguro es que en algún momento todos el deberíamos sentarnos solos o en compañía y valorar realmente que aspectos son los que merecen un cambio y cuales los que nos están acompañando en ese cambio, hay una frase alemana que dice “lo que funciona no se cambia”, igual deberíamos prestar mas atención en que no sea justo eso que funcionaba lo que cambiemos y sin darnos cuenta consigamos que todo lo demás deje de funcionar.
Perdemos tanto tiempo pensando que se marcha el tren que no contamos con estar en la estación correcta.
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