Me cuentan muchas personas una situación muy similar para todos nosotros, que si bien en el mejor de los casos con los años vamos aprendiendo a identificar, es cierto que nadie estamos libres de vivirla en algún momento o cómo humanos que somos varias veces. Es el caso de cuando permitimos que entre en nuestra vida una persona miedosa, indecisa y que no sabe bien qué es lo que quiere.
Ya puedes ser capaz de construir un mundo entero que para la persona nunca será suficiente ni jamás valorara el esfuerzo que hayas tenido que usar para realizar semejante hazaña o ya puedes ser capaz de robar la luna para entregársela que para la persona en cuestión no tendría ningún valor ya que no se la entrega la persona que el o ella hayan elegido de antemano o peor por su propia inutilidad no ha podido hacerlo solo.
Es triste escuchar a estas personas que por lo general han sufrido emocionalmente desde su niñez como están enfadados con el mundo como si este les debiera algo, seguro que algunas personas identifican seres iguales a su alrededor, pero lo verdaderamente triste es como perdemos el tiempo intentando ayudar a caminar a estos individuos sin darnos cuenta de que ellos son los únicos responsables de no ver mas allá de sus narices lo que en verdad la vida les ofrece.
Tienen ideas preconcebidas de como tiene que ser o funcionar algo y si no es de ese modo parece que nada importa y culpan al resto de los mortales de su calvario y desgracia sin ni siquiera pararse a pensar que tal vez la vida les esta ofreciendo exactamente lo que pedían pero de un modo que ellos no hubieran imaginado.
Más que personas inconformistas hablaría de personas obtusas, verdaderamente tan cortas de mente que no son capaces de dejar de mirarse el ombligo y ver mas allá aun así les este dando en la cara la solución. Capaces de cargar sus frustraciones contra los demás sin valorar la opcion de que es su falta de flexibilidad la que les entorpece su avance.
Lo más lamentable es tardar excesivo tiempo en percatarse de la situación y lo mas grave la cantidad de energía que gastamos en un ser vacuo. Por suerte acaban pasando por nuestra vida sin más, dejando tan solo la sensación de que realmente somos mas afortunados de lo que creemos, tanto que no nos importa frenar un instante por intentar ayudar a otro semejante.
El mundo se arrodilla ante alguien que sabe donde va.
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