Yo, soy tu padre … o madre
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Yo, soy tu padre … o madre

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No son pocas las personas se sienten incapaces de comprometerse en una relación o que después de diferente fracasos amorosos acaban preguntándose que hay de malo en ellos. Llegando incluso a convertirse en adultos esquivos que dejan de creer en el amor siendo incapaces de entender los limites o pactos necesarios. La frustración de estos patrones de conducta les lleva a centrar su atención en otras áreas de su vida que pueden controlar, sin pararse a pensar que no son culpables de nada, son simples víctimas de su infancia 

No es sencillo darse cuenta del daño que una relación desequilibrada puede causar en la autoestima y la confusión con la que han vivido el mundo de los emociones es un fiel reflejo de sus relaciones, ya sean sentimentales o de amistad. ¿donde esta el limite entre el perdón y el amor?.

Con el paso del tiempo todos perdonamos hasta a nuestros enemigos para aligerar nuestro corazón aunque para ello hayas tenido que aceptar que hay personas que debemos mantener lejos y superar la vergüenza de haber permitido que el dolor te hiciera dependiente.  

La dependencia emocional es un fenómeno complejo que puede surgir incluso en las relaciones más dañinas. Para muchas personas, esta dependencia se manifiesta en la relación con un progenitor que ha sido cruel o abusivo. La dificultad de decidir entre el deber y el querer, especialmente cuando la sociedad juzga nuestros sentimientos, puede ser abrumadora. 

Desde una edad temprana, los niños dependen de sus padres para el amor, la seguridad y la validación. Cuando uno de estos padres es cruel o abusivo, el niño a menudo internaliza la idea de que el amor y el dolor están entrelazados. Esta confusión emocional puede llevar a una dependencia intensa y malsana en la adultez.

A pesar del maltrato, muchas personas siguen buscando la aprobación de sus padres y al no encontrarla intentan suplirla con la validación de parejas o amistades. Esta necesidad de validación puede ser una forma de intentar sanar viejas heridas emocionales. La idea de cortar lazos con un progenitor puede generar un profundo miedo al abandono y a la soledad, manteniéndonos atados a una relación tóxica. 

La sociedad y la cultura a menudo nos inculcan al idea de que debemos respetar y cuidar a nuestros padres sin importar las circunstancias. Esto puede hacer que nos sintamos culpables por querer alejarnos. La lucha interna entre el deber y el querer es una batalla emocional intensa. Por un lado, sentimos un deber hacia nuestros padres por todo lo que han hecho por nosotros. Por otro lado, sabemos que mantener una relación con un progenitor tóxico puede ser perjudicial para nuestra salud mental.

La mezcal de amor y resentimiento hacia un progenitor cruel crea un conflicto interno que es difícil de resolver. Queremos ama y ser amados, pero también necesitamos protegernos y no sentirnos seguros al lado de quien presuntamente debería ser quien mas nos cuidara no es situación sencilla. Tomar la decisión de distanciarnos de un progenitor puede traer consigo sentimientos de culpa, tristeza y pérdida. Sin embargo, también puede ser el primer paso hacia la curación y el crecimiento personal.

Reconocer y aceptar que la relación con tu progenitor es dañina no es fácil, pero es un paso crucial hacia la liberación emocional.La terapia puede proporcionar un espacio seguro para explorar tus sentimientos y desarrollar estrategias para manejar la situación. Un terapeuta puede ayudarte a procesar el dolor y la confusión. Si decides mantener algún tipo de contacto, establece límites claros y saludables. Estos límites pueden protegerte de más daño emocional. Cultiva relaciones con personas que te apoyen y te valoren. Las conexiones positivas pueden ayudarte a reforzar tu autoestima y reducir la dependencia emocional. Trabaja en fortalecer tu autoestima. Reconoce tus logros y cualidades positivas, y recuerda que mereces relaciones basadas en el respeto y el amor.

Superar la dependencia emocional de un progenitor cruel es un proceso desafiante, pero posible. La resiliencia, la capacidad de recuperarse de las adversidades, es clave en este camino.  Permítete sentir y procesar tus emociones sin juzgarte. Es normal sentirse triste, enojado o confundido.Prioriza tu bienestar emocional en tus decisiones. A veces, esto puede significar tomar distancia de relaciones dañinas, incluso si son familiares.

La dependencia emocional de un progenitor cruel es una carga pesada que muchas personas llevan y que se niegan a aceptar corriendo el riesgo de repetir estos patrones en su vida o con propios hijos. Sin embargo, reconocer la toxicidad y tomar pasos hacia la liberación emocional puede conducir a una vida más saludable y feliz. Aunque la sociedad pueda juzgar, lo más importante es tu bienestar. 

Recuerda, eres perfecto y mereces relaciones que te nutran y te hagan crecer.

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