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Cuántas veces escucho la misma frase. Además lo mismo da, edad, sexo, raza, religión…. Todo el mundo independientemente de su origen en el algún momento tiene ese conflicto.
Han ido dejando cosas sin resolver y decisiones sin tomar durante demasiado tiempo y de pronto un bendito día despiertan y toman conciencia de que ese no es el camino, así no se puede continuar, si quieren conseguir cualquier cosa, no les queda mas remedio que ponerse manos a la obra.
Lo más peculiar de estas personas suele ser que tratan de ser ordenados o al menos lo intentan, pero desconocen la diferencia entre importante y urgente, y ahí comienza la debacle psicológica. Entran en bucle, en unos casos se quedan mirando al horizonte cómo si no pudieran llegar a creerse el punto en el que están, y en otros comienzan a corretear como un pollo descabezado, rápido pero sin rumbo.
Pienso que igual la situación viene de la mano del desconocimiento de alguna meta. Obvio teniendo en cuenta que las metas, así como la vida debe de ser flexible, para de esta forma poder conseguir que se vayan adaptando a nuestros cambios y los cambios de nuestro entorno. Cosa a tener en cuenta también, ya que en el momento en el que el entorno cambia la meta, ya no sabemos por dónde continuar porque creemos no saber dónde íbamos.
Pues a ver; así como le dice el conejo a Alicia, cuando uno no sabe donde va, cualquier camino es bueno.
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